nadaste, no te mataste, rompiste algún plato?
esas eran las preguntas que te hacías
antes de empezar a hacer las cosas de a un día por vez
y con paciencia.
por eso ahora tenés alguna respuesta
y si bien nunca te rompiste un hueso
rompiste un par de platos y algún corazón,
entre los que se cuenta el tuyo.