No al dengue dice al lado de una bandera argentina. Yo tengo el dengue que la vacuna, canta uno. ¿o es que la previene del contagio? Está claro que la penetra. ¿O no? Ahí está ella, sin corpiño. El le corre un poquito la bombacha al costado nomás, ya tiene el forro puesto.
Ella le dice: despacio. Él sonríe nada más. La mira a los ojos.
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sólo
la puntita.
Ella dice no.
¿cómo que no?
no, así sin más.
No puedo, llora. Hunde el rostro en la almohada. ¿Almohada? ¿Estaban en una cama?
No. Bolsas de dormir, carpa. Ah.
¿y él, qué? La mira llorar durante algunos segundos largos. Saca el látex resecado de su pito blando.
Ella le da la espalda, en posición fetal, con las manos en la cara ocultando. El la besa en el hombro. Se queda ahí sin decir nada. Solo para sentirla y que lo sienta ella. Corazón a corazón. Afecto. Va a acostarse con ella, cucharita, para abrazarla, pero ella no. Dejame sola.
Sería como arrancarse de ella salir de ahí, pero no: porque de ella no había afecto. Las palabras no son pegajosas, no se pegan al sol ni a la piel, nada. El sol lo encandila. Claridad incontenible del mediodía de verano. Ve las carpas coloridas, las ropas colgando de sogas que van de un arbolito a otro. Se escucha allá lejos la infaltable cumbia que suena en algún auto, y -más lejos- una guitarra, el fogón de los hippies en la parte de los jóvenes. Por hacer algo junta el mate lleno de yerba usada, el termo de acero inoxidable y plástico negro. Golpea el mate de madera contra el tronco del arbolito para que caiga la yerba húmeda, verde, sobre la yerba seca y cubierta de polvo que dejaron los últimos acampantes.
Sale para la proveeduría, va a buscar agua caliente.
No hay nadie afuera de las carpas, todos duermen la siesta, excepto algunas personas que dormitan en los asientos reclinados de los autos, escuchando radio a volumen bajo.
Cuando ya ve la casa que funciona de "proveeduría" piensa que lo más probable es que esté cerrada. Pero no. Detrás de una cortina de anchas tiras de plástico verde, en la semipenumbra, apoyada con indolencia sobre una heladera-mostrador está una mujer hojeando un diario.